Solid Fragility

En Solid Fragility , Askild Winkelmann explora la dualidad de la naturaleza y el cosmos, revelando el delicado equilibrio entre la suavidad y la fuerza, el confort y la vastedad. Este tríptico cambia drásticamente entre dos realidades: bajo la luz del día, representa una ola, serena y fluida, un símbolo del suave abrazo del océano. Las texturas suaves y fluidas evocan una sensación de paz e inmersión, como flotar en las cálidas aguas conocidas. Pero, cuando se ve bajo la luz ultravioleta, la ola se transforma en algo cósmico: una vasta vía láctea, con estrellas brillando en la oscura extensión del espacio.

Esta composición dual resalta las paradojas presentes tanto en el universo como en el océano. La ola, al igual que el agua misma, es tanto reconfortante como poderosa; nos invita con serenidad, pero puede convertirse rápidamente en una fuerza de poder inimaginable. El universo refleja este contraste: vasto, hermoso y misterioso, evoca asombro y maravilla, pero también habla de lo desconocido, un espacio que no podemos comprender completamente.

A través de Solid Fragility , Winkelmann reflexiona sobre la yuxtaposición de la solidez y la fragilidad en nuestro mundo, recordándonos las similitudes entre la tierra y el cosmos. Estos elementos, aunque inmensos y poderosos, también son frágiles y efímeros. La dualidad de la pintura invita a los espectadores a reflexionar sobre su relación con la naturaleza y el universo, invitando a la contemplación de sus propias emociones ante la belleza y lo desconocido.